Golden Axe y
Street of Rage sirvieron como inspiraciones para
Castle Crashers, un título que es un paquete cargado de reminiscencias de las árcades de la vieja escuela, pero con un contenido narrativo humorístico y una estética tan bien lograda que se hace así misma un ícono.
Estética icónica
Para muchos, lo que atrae a primera vista de
Castle Crasher es su estilo gráfico, un arte visual caricaturesco que nos recordará al humor satírico de
Happy Tree Friends. La mezcla entre la ternura que refleja el entorno y los personajes es el medio que se utiliza para cargar el contenido narrativo de elementos que no son tan infantiles, y producir así esta noción de contradicción entre estética y esencia. Al ver la expresión facial de los caballeros notaremos que se toman a sí mismos muy en serio a pesar de que todos los factores narrativos se reúnen para ofrecer un paquete humorístico y mordaz a la vez.
Tanto la música como los efectos de sonido van de la mano con la dirección artística de los gráficos. La iconicidad de la banda sonora es uno de símbolos de
Castle Crasher; con una destacable calidad de producción, las pistas impregnan la narrativa de un espíritu épico, intercalándose con toques aniñados e inocentes cuando la ambientación lo requiera.
Una épica digna de la juglaría
Nuestra historia comienza cuando nuestro castillo es asaltado por unos bandidos que buscan robar la gema del trono y secuestrar a nuestras princesas. Tras una escena introductoria, pasaremos a tomar el mando de los
crashers, los caballeros del reino a los que se les encargará ir tras el castillo enemigo, derribarlo y traer de vuelta lo que les pertenece; una jornada que se tornará en una aventura de diversos peligros y con algunos giros argumentales en el camino. Y es que a pesar de que la narrativa resulta lineal, la campaña se vuelve en un recorrido disfrutable por los diversos eventos que ocurren en la historia, con personajes marcados por alguna característica particular o por detalles en el entorno que nos adornan el universo.
Jugabilidad: mixtura entre beat ‘em up y rol
Castle Crashers es un beat ‘em up lateral con elementos de rol y una gran variedad de personajes a escoger, cada uno con una habilidad que lo diferencia del resto. El juego toma inspiraciones de los clásicos del género como
Golden Axe y
Street of Rage, entretanto los recorridos por los escenarios se juegan de la misma manera, de entre dos a cuatro jugadores en co-operativo en local o en línea.
El sistema de progresión de personaje consiste en ganar experiencia a medida que luchamos, y al subir de nivel, distribuir puntos entre los cuatro atributos: Fuerza, Magia, Defensa y Agilidad, y al alcanzar ciertos hitos desbloquear combos que nos permitirán mayor libertad de movimiento en el combate.
Aunque existe poca variedad entre los objetos consumibles que encontramos a durante la campaña, los objetos equipables y las mascotas son bastante diversos, y estos modifican los atributos de los personaje, otorgándonos un pequeño margen de personalización visual a los héroes. Dichos ítems pueden ser conseguidos a lo largo de los escenarios o comprados en la tienda con el oro que recolectemos.
Entretanto el juego fue concebido para ser jugado en co-operativo, la dificultad no se ajusta a la cantidad de jugadores que inicie la campaña. Esto implica que jugar solo podría resultar en una experiencia repetitiva y tediosa, no solo por la cantidad de enemigos que aparecen en los escenarios de forma predeterminada, sino también por la cantidad de daño que requiere vencerlos. Esto alarga la campaña más allá de lo que pueda abarcar su disfrute, haciendo que la repetición y los picos de dificultad se vuelvan intolerables.
Tres modalidades de juego
Castle Crashers alarga su durabilidad ofreciendo tres modos de juego:
- Castle Crashers: la campaña que consta de una buena durabilidad y un desarrollo narrativo que toma el humor como lenguaje. El progreso de esta aventura no consiste en el cumplimiento de misiones, sino ir atravesando escenarios en el mapa. Las recompensas en puntos de experiencia y oro serán otorgadas por los enemigos a los que nos enfrentemos y se contarán al final de cada nivel.
Cada cierta instancia, al terminar los escenarios, nos enfrentaremos a jefes que requieren de cierta estrategia en equipo. La manera de enfrentarse a ellos denotan cierta genuinidad en el diseño lúdico, pues ninguno se siente igual a otro y es uno de los factores que hacen de jugar con otros jugadores un experiencia tan disfrutable.
- Arena: el modo jugador vs jugador el cual que ser personalizado para ser jugada todos-contra-todos o en equipos de dos.
- Back Off Barbarian: un mini-juego estratégico cuyo objetivo es evitar ser alcanzados por enemigos. Los personajes se moverán una casilla por turno y a medida que pase el tiempo más enemigos serán añadidos al mapa. Este modo también es compatible para un máximo de cuatro jugadores en modo local o en línea.
Rejugabilidad sólida
Una vez hayamos vencido la campaña, se desbloqueará para nosotros el Insane Mode, en el cual tendremos la opción de volver a jugar la campaña con una dificultad mucho más elevada y con mejores recompensas, tanto en puntos de experiencia como en objetos. El modo se desbloquea por personaje y no por cuenta, por tanto el juego anima a jugar con varios personajes para subirlos de nivel y llevarlos a la mencionada dificultad.
Además, la adquisición de nuevos personajes se realiza mediante completar la campaña. Y en vista de su diversidad de avatares, terminar la historia se vuelve una experiencia enriquecedora, que sería perfecta a no ser por uno de los fallos del título.
Combate monótono
Siendo un beat ‘em up,
Castle Crashers recomienda ser jugado con control. Y en vista de que el juego es un port de Xbox y a pesar de que los comandos son personalizables, la interfaz nos referirá constantemente a los botones del mando de la consola, lo que creará una disonancia visual con nuestros mandos del —en caso de que lo estemos usando—. Sin embargo, esto no es el punto de quiebre para el disfrute del título, sino su combate.
Y es que lamentablemente es el punto débil del juego. Porque aunque kinestésicamente sea tolerable aun a pesar de sentirse un poco tosco por sus animaciones, y aun considerando el hecho de que desbloquearemos combos que añadirán un toque de distinción a los personajes, el paquete de movimientos es bastante limitado y resulta en que el combate se vuelva monótono y aburrido con mucha facilidad.
Una joya digna del género
Con un contenido diverso y una rejugabilidad sólida,
Castle Crashers ofrece lo necesario para ser disfrutado como un party game. Con todo y su limitado combate, su sistema lúdico resulta en una experiencia reminiscente a los títulos en los que se inspira, y su estética resalta por una autenticidad que se abre a una audiencia amplia. Pero sin duda, su punto para ser disfrutado a su máximo potencial radica en su multijugador, por lo que se convierte en un título de adquisición esencial para quienes buscan un título de este género. Porque sea que se busque una experiencia casual o dedicada,
Castle Crashers es una joya que no defraudará a los amantes del beat 'em up.
