La vida de un pajero es sencilla en muchos aspectos. Arriesgamos poco y tenemos poder sobre aquellos que ofrecen su trabajo y su servicio a nuestro juicio. Preferimos las críticas negativas, que es divertida de escribir y de leer. Pero la triste verdad que debemos afrontar es que en el gran orden de las cosas, cualquier basura tiene más significado que lo que deja ver nuestra crítica. Pero hay ocasiones en que el pajero realmente se arriesga, al descubrir y salir en defensa de algo nuevo. El mundo suele ser cruel con los nuevos pajines, las nuevas creaciones. Lo nuevo necesita amigos. Anoche experimenté algo nuevo, un extraordinario juego NSFW de un desarrollador singular e inesperada. Decir solo que el arte y su contenido H han desafiado mis prejuicios sobre el buen hentai, subestimaría la realidad. Sacudieron los cimientos de mi mundo. En el pasado, jamás oculté mi desdén por el lema de los juegos NSFW mediocres “Soy un juego porno, pajeate o vete al diablo”, pero al fin me doy cuenta de lo que quiso decir en realidad: no cualquiera puede convertirse en un gran pajero, pero un gran pajero puede provenir de cualquier lado. Es difícil imaginar un origen más humilde que el del pajero con revistas AVON, pajero que ahora paga sus juegos NSFW y tiene una suscripción de Brazzers, y quién, en opinión de este pajero veterano, es nada menos que el mejor juego NSFW.